miércoles, 8 de abril de 2009
El Abismo
Desde Alrington, Virginia, donde están enterrados los caídos de todas las guerras, Gonzalo da cifras frescas y globales de lo que ha recabado este bloggero: 25 millones de empleados y subempleados hay hoy en Estados Unidos. Gonzalo (http://sweethomealameda.blogspot.com/) explica como se armó el tinglado regulatorio que permitió la especulación, que desemboca en esta masacre, termina recordando la fórmula clásica del sistema cuando está en crisis: socializa las pérdidas.
Es que no quedaba otra, Gonzalo. Era eso o Armagedón. En el podcast del Guardian de hoy (8/04/09) un personaje decía: “a los banqueros, la cárcel, pero los bancos somos nosotros: nuestras cuentas corrientes, fondos mutuos, pensiones”. En el mismo medio, mismo soporte, escuché a Polly Toynbee tirar el dato freak: durante el octubre negro del año pasado, la autoridad financiera inglesa estuvo a horas de decretar el cierre de los cajeros automáticos de Londres. Toda la liquidez diaria del sistema había sido succionada. Los gobiernos sabía que era eso o… (llene con su imagen apocalíptica preferida).
El sistema no estaba en condiciones de dejar morir los bancos porque la mayor parte de la (supuesta) riqueza del sistema, es inmaterial. En las crisis anteriores, la del 30 sin ir más lejos, existía el patrón oro. El circulante reflejaba los stocks nacionales de metal. Desde 1971 ese sistema no existe. Lo abolió Richard Nixon…Y desde entonces el sistema se basó, implícitamente, en el dólar fuerte. Los países comenzaron a saldar su intercambio comercial y financiero en dólares. Pero, para que hubiera dólares suficientes en todo el mundo, EEUU tenía que ser el principal consumidor mundial de alimentos, línea blanca, vestuario, turismo, informática, telecomunicaciones. Todas las categorías, todos los países tenían una cuota de mercado en esta vasta frontera. Especialmente el lujo, el placer. Francia, Italia, pero también Chile con sus salmones estresados y su uva de mesa. American Psycho es el retrato más descarnado del sistema. Ojo con la descripción de lo que comen. Por ahí creo que hay frambuesas chilenas (¿O es en Generación X, de Coupland...?)
El dólar fuerte provocó la desindustrialización de Estados Unidos. Más caro que las otras monedas, tornó inviable producir neumáticos, computadores, cámaras fotográficas y autos, por no hablar del cobre. Pero a las multinacionales ni les hizo cosquillas. Llevaban décadas lidiando con el engorroso problema del sindicalismo, con las engorrosas regulaciones de los años 30. Sabían que podían producir todo aquello en Brasil, México o algún país de Asia… Recuerda, Gonzalo, que Nixon, el anticomunista furioso, fue el primer presidente en reestablecer relaciones con Chinax de Mao…
Un dólar fuerte les permitió a los norteamericanos, durante los últimos treinta años, gozar de un estilo de vida sin parangón en la historia humana. China y el Mundo Emergente (Eufemismo de Tercer Mundo) comenzó a proveerlos de artículos baratos. El déficit tenían que financiarlo por otro lado. Y ese es el quid del asunto. Esa es la madre del cordero. Y tal vez la base de la solución.
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