martes, 11 de agosto de 2009

Decadencia













Mientras nuestro gobierno lanza la campaña por el respeto, para contrarrestar la rampante ordinariez con que nos tratamos en el espacio público, el gobierno británico urge a sus ciudadanos a vivir mejor.

Change4life es el encabezado, e insta a los súbditos de Elizabeth Regina a “comer bien, moverse más, vivir más”. ¡Cómo estarán de flojos! Según un estudio reciente de la ONG Nuffield Health, 1 de cada 6 británicos prefiere seguir viendo un programa televisivo que no le gusta, antes que pararse y cambiarlo en caso de que el control remoto no esté a mano, o se haya echado a perder.

... 6 de cada 10 prefieren tomar el ascensor a subir dos pisos.

...la mitad de los que tienen perro no lo sacan nunca a pasear

... Dos tercios llegan demasiado cansados para jugar con sus hijos.

... El 73% de las parejas dice no tener la energía suficiente para… tener sexo.

Comida preparada, control remoto, compra por Internet, sexo virtual… El modelo funciona de maravillas: si no cómo entender que, en vez de cuestionar un sistema escandalosamente corrupto y mal gestionado, los británicos y los europeos se inclinen por la derecha política…

jueves, 6 de agosto de 2009

Pena de Muerte o el Amanecer de los Muertos Vivos



Es como una conjunción astral. Calendario electoral + crimen horrendo = zombis con sus brazos estirados, su caminar sonámbulo, sus ojos en blanco, clamando "¡Venganza!, ¡venganza!"

La pena de muerte sirvió durante muchos siglos como mecanismo regulador de la natalidad. En la Europa medieval el verdugo era un funcionario municipal. Se condenaba a muerte por homicidio, brujería, herejía, sodomía, blasfemia y traición, parricidio o matricidio. En época de revuelta popular, su aplicación de multiplicaba...

Las ejecuciones eran públicas, ritos fundamentales, y se aplicaba sobre el cuerpo con extremo rigor. En Inglaterra, en Francia, los criminales eran descuartizados, quemados, lacerados con pinzas, y la gente aplaudía.

En Estados Unidos, entre 1890 y 1960 unas 5.000 personas, en su mayoría negros, fueron linchados hasta la muerte por hordas de buenos ciudadanos ultrajados. Algunos serían culpables y otros no...

La historia de la pena de muerte es, precisamiente su circunscripción paulatina a los crímenes "calificados". O a los más políticos, como el espionaje o la traición en tiempos como la Guerra Fría. Y siempre condicionada a la facultad de indulto del jefe de Estado.

Reintroducirla es abrir la caja de Pandora y alimentar un sentimiento muy caro al "buen ciudadano": la otredad del homicida. Es, según este ciudadano sin defectos, un sujeto ajeno a nosotros y debemos eliminarlo como se elimina un perro con rabia: por profilaxis. Lo contrario es aceptar que el criminal, el homicida radical, es una producción nuestra, de la sociedad que hemos construido, del sistema económico que avalamos todos los días con nuestra pasividad.