martes, 23 de noviembre de 2010

Cancún

Economista Marginal parte a su misión más compleja: asistir a la Conferencia Mundial de Cambio Climático en Cancún.

¿Como encontrarle un sentido narrativo a la cacofonía de voces, posturas e intereses de un encuentro así?

Hace un año las naciones del mundo no pudieron producir un acuerdo vinculante para reducir las emisiones de carbono. Anticapitalistas, emergentes, grandes potencias, islitas del pacifico que desaparecerán si no se hace algo, los intereses de unos y otros chocaron y el juego sumó cero. Claro, se habían reunido en Copenhague, bella y fría ciudad luterana. Tal vez ahora, bajo el sol del Caribe, el ánimo sea mejor. Además, ya no irán jefes de Estado sino ministros que llevan casi seis meses bajando las expectativas. Partiendo por la jafaza ONU en estos temas, la costarricense Christiana Figueres, que dejó a todo el mundo helado en la ultima conferencia en Bonn al decir: “No habrá un acuerdo vinculante mientras yo este viva”.

Es el peor de los momentos para discutir estas cosas. Europa esta en crisis, China le tira la pelota e Estados Unidos y Obama tiene a los escépticos como mayoría en la cámara. Como las decisiones se toman por unanimidad, bastan dos o tres disidentes para que no haya acuerdo, papel que cumplió en Copenhague el grupo ALBA.
Para colmo la ciencia del cambio climático quedo coja (léase perdió legitimidad) por el escándalo de los e-mails. Un servidor de una universidad británica divulgo correos privados de investigadores que dudaban de las cifras

Parece que una de las discusiones clave será la de los bosques. Los países que tienen árboles cuentan con una moneda de cambio y pedirán plata para cuidar sus bosques. Pero póngase en el lugar de Arabia Saudita, un país rico que solo exporta un combustible fósil, y que no tiene un solo puto árbol. Póngase usted en el caso de Kiribati, una nación soberana de 98 mil habitantes, que quedara totalmente sumergida si el nivel del océano pacifico sube 2 o 3 metros durante el próximo siglo. A Kiribati solo le queda negociar una cuota migratoria de sus ciudadanos (tan poquitos que Australia podría hacerse cargo) o bajar el telón, si Bolivia no torpedea un acuerdo que no sea 100% del gusto de Hugo Chávez (que comparte intereses con los sauditas). Póngase usted en el caso de Dinamarca, un país desarrollado y 90% eólico (o sea, con una holgura de bonos de carbono que ni te explico). Póngase usted en el lugar de Brasil, que tiene biocombustibles y árboles. Póngase en el lugar de Bolivia, que por primera vez en su historia ve su mediterraneidad no como maldición si no como arma política: no tiene nada que perder si el Pacifico sube y borra a Arica, Iquique, Tocopilla y Antofagasta del mapa.

Estas contradicciones no se zanjarán en Cancún, pero algún tipo de acuerdo o de preacuerdo debiera surgir. Y apostaría porque en estos momentos las delegaciones ya afinan sus estrategias, los tecnócratas sacan sus cálculos, los periodistas sueñan con la cuña ideal, y Economista Marginal prepara su maleta, sus lentes de sol y mucho bloqueador solar.

sábado, 16 de octubre de 2010

Chilean Style

“El Supremo momento en vivo”, así catalogó un diario estadounidense la liberación de los 33 mineros chilenos desde las entrañas de la tierra. El comentario da cuenta de la violenta alza de rating conseguido por Chile en la economía mediática mundial. Y en la mejor de las condiciones, no por una guerra civil catastrófica ni una toma de rehenes, sino mediante una mezcla edificante de solidaridad, emoción, drama y competencia técnico-política. Decenas de millones de telespectadores, internautas, tuiteros y blogeros ahora saben no solo donde está Chile, cuál es su bandera y cómo se llama su presidente: ¡saben además dónde está Copiapó! Y también que sus ingenieros son de excelencia y sus trabajadores poseen un temple sobrecogedor. Ni ganar un mundial hubiera sido tan redituable.

La pregunta de rigor no es solo si estos cinco minutos de fama internacional permanecerán en el inconsciente colectivo por un tiempo mayor (Hollywood mediante). Ni si el proyecto de una derecha liberal y democrática tendrá una proyección mayor a la del individuo que la encarna hoy, orador deplorable y estratega de respeto. Algunos se han apurado en decir que Chile compró pasajes para el primer mundo gracias a los mineros. Exagerado o no, el comentario apunta a la relación, no del todo estudiada por la ciencia social, entre narrativa, identidad y progreso económico.

¿Se siente el trabajador chileno más valorado hoy que ayer? ¿Está dispuesto a sacrificarse, aplicarse en el trabajo y colaborar en pos de objetivos comunes? ¿Están sus jefes más proclives a la empatía, a respetar las leyes laborales y proveerlos de un entorno mejor y más seguro para trabajar?

El economista Kaushik Basu, de la universidad de Cornell, afirma que los la economía tradicional subvalora el rol de la identidad en la productividad de las personas y que los pobres carecen de “capital de participación”, es decir, del sentido de participar en la sociedad y contar con derechos comparables a los del resto. Pero la correlación entre la performance económica y la identidad es significativa. En este sentido, “Mineros de Chile” ha pasado a ser un slogan de consecuencias impredecibles para un país que obtiene la mitad de sus ingresos por exportación del trabajo de hombres que se sumergen bajo tierra. El gobierno apostó, arriesgó y ganó la partida, pero es poco probable que haya medido las consecuencias políticas y económicas de hacerlo. Ya no serán triviales las negociaciones colectivas, ni la forma de proceder de la pequeña y mediana minería.

Paradojal es también que la crisis y su desenlace feliz se hayan desarrollado en medio del debate parlamentario sobre el royalty minero. No viene al caso, para estos efectos, que la gravamen sea alto o bajo, adecuado o insuficiente. Lo notable son los detalles que salen a la luz con el debate, que los algunos tuiteros recalcaron frente a la indiferencia de los grandes medios: pasó relativamente desapercibido que Pablo Longueira, un epitome de la austeridad gremialista, sea empresario minero, o que otro de la misma tienda, el diputado Carlos Vilches, tenga participación en tres sociedades del rubro: son pequeños mineros y el royalty afecta a los grandes, los que tenían la tecnología y los recursos para salvar a los mineros de la pequeña y precaria minería: la de los socavones infectos y la subcontrataciones abusivas.

Al margen de estos detalles sórdidos (que en rigor solo nos conciernen a nosotros), el mundo entero ha gritado “¡chi-chi-chi!”, incluyendo estas niñitas gringas que algún día nos visitarán, lindas mochileras dispuestas a revivir lo que ya constituye un mito mundial: el chilean style.

jueves, 7 de octubre de 2010

Dilema del Prisionero y Conflicto Mapuche (II)

Siguiendo la aplicación de la teoría de juegos al conflicto mapuche, esbozada en el post anterior, supongamos que los jugadores son dos: uno es un comunero y el otro un terrateniente. El Estado hace de banca y baraja las cartas. Las rojas significan “cooperar” y las negras “no cooperar” (léase mandar al otro a la cresta). Cada jugador sabe su carta pero desconoce la del otro.

Los resultados posibles son cuatro:

a) los dos ganan por cooperar; b) el comunero gana mucho por mandar a la cresta y el terrateniente pierde mucho por cooperar; c) el comunero pierde mucho por cooperar y el terrateniente mucho por mandar a la cresta; y d) Ambos pierden por no cooperar.

Hay, por lo tanto, una tentación por mandar a la cresta al otro, una recompensa por cooperar mutuamente, un castigo por mandarse a la cresta simultáneamente y un “pierde-todo” si se coopera con el abusador.

Estos son los resultados si el juego se realiza una sola vez. Es el dilema del prisionero en su forma básica, donde la tentación de mandar a la cresta rinde más que el premio por la cooperación, el castigo mutuo y, ciertamente, mucho más la opción ingenua de colaborar con el abusador.

¿Pero que pasa si el juego se realiza varias veces, y cada jugador puede cambiar su estrategia en base a lo que hace el otro?

Este experimento de la teoría de juegos, conocido como el dilema del prisionero con iteración, fue realizado a principios de los 80 por el cientista político Robert Axelrod, de la Universidad de Michigan. En vez de una repartición aleatoria de cartas, el juego consistía en elaborar una estrategia evolutiva que respondiera a la del contrincante y maximizara los resultados en una serie finita de vueltas. El experimento reveló que a las estrategias egoístas les iba peor que las cooperativas, o aquellas que al menos tenían una de las siguientes cuatro características:

Fair-play: el comunero o el terrateniente no mandan a la cresta si no en
respuesta al otro.

Retaliación: El optimismo ciego tampoco sirve: siempre cooperar da una ventaja desmedida a la estrategia depredadora. Si me pegan, pego.

Conciliación: Aunque comuneros y terratenientes recurran a la retaliación, en un momento tienen que volver a cooperar si el adversario da señales en ese
sentido.

Cero envidia: no sirve buscar a toda costa un puntaje mayor que el adversario, sino el equilibrio global de la situación.

Volviendo entonces a la metáfora nacional. El terrateniente y el comunero pierden más mandándose a la cresta que cooperando en el largo plazo. Hay una memoria histórica que le dice al mapuche que cooperar con un terrateniente abusador da beneficio cero, y al terrateniente una tentación de abusar porque los pobres indios no cachan nada. La situación ha cambiado, por primera vez desde 1881 (la “pacificación”), ya que los comuneros están dispuestos a esgrimir el garrote y empujar al terrateniente a definirse por una estrategia mixta: seguir abusando o cooperar según el caso.

Si nos remitimos al documental de María Teresa Larrain, fundacional para estos efectos, los comuneros jugaron primero la carta de la cooperación y Juan Agustín Figueroa los mandó a la cresta, como era lógico en su concepción del mundo y de las personas. Se han jugado ya varias partidas, en ese punto de la Araucanía y en muchos más. Los comuneros han recurrido a la única no-cooperación que les queda: no comer. Ante este emplazamiento radical, el Estado se saltó su rol de banca sesgada por el terrateniente y ahora esta cooperando. Falta ver que harán los terratenientes.

Este análisis se puede aplicar a otros conflictos que el Estado chileno (o su clase político-financiera dominante) mantiene hoy en día: La carrera armamentista con Perú o el mar para Bolivia. Esclarecedor, creo.

martes, 5 de octubre de 2010

Conflicto Mapuche y Dilema del Prisionero

En teoría de juegos, se habla de dilema del prisionero cuando dos partes deben optar entre cooperar o privilegiar sus propios intereses. La cooperación da más beneficios, pero implica más riesgos, el egoísmo rinde menos pero parece más seguro.

Hasta el momento, los ríos de tinta que han corrido respecto del conflicto se concentran en lo emocional. El despojo del pueblo mapuche (documentado por la historia, los medios alternativos y las redes sociales) y los daños sufridos por terratenientes y empresas forestales (difundido por la prensa mainstream).

Nadie, que yo sepa (ni siquiera esa analista preclara que es Tere Marinovic), ha aplicado un análisis de teoría de juegos. Lo más cercano es el trabajo de la cineasta María Teresa Larraín en su magnífico documental El Juicio a Pascual Pichún (Chile-Canadá, 2007). Magnífico por su sobriedad, su renuncia a toda estridencia y su compromiso con la deontología de la profesión. Todas las partes involucradas tienen voz: Pascual, comunero mapuche; el terrateniente Juan Agustín Figueroa, y sus respectivas familias. La realizadora encuadra, reúne las piezas, entrega algún contexto y deja al espectador formarse un juicio.

Conocido político, abogado radical y masón, Figueroa reconoce haber recibido una propuesta para compartir el recurso escaso de la zona (tierra), a lo cual “no podía acceder”. Los hermanos Pichún son acusados de recurrir a la violencia para revertir esta situación.

La directora registra el juicio a través de toda la gama de expresiones faciales de las partes y la retórica legal de los abogados. ¿Terrorismo o inquisición? ¿Racismo institucionalizado o Estado de derecho? Los acusados (y el juez) escuchan en silencio el despliegue argumentativo de la fiscalía y de los defensores. Ganan los segundos, pero Figueroa, hombre con llegada a las altas esferas del poder judicial, termina imponiendo sus intereses y enviando al comunero a la cárcel.

¿Gana la familia Figueroa imponiéndose a sus vecinos mediante el poder del Estado, al que tienen un acceso expeditivo? ¿Ganan los mapuches atacando su propiedad y su familia (en el entendido de que sean los autores del ataque)? La llave de la cooperación la tiene Figueroa, pero una llamada telefónica a los ministros de la Corte Suprema le resulta claramente más barata (en el corto plazo, al menos) que sentarse a conversar con sus vecinos.

En este dilema del prisionero el recurso escaso es la tierra, y las 1.800 hectáreas del caudillo radical se ubican en una zona donde la erosión se conjuga con el cultivo del pino radiata por grandes consorcios forestales. Los relatos fundacionales de terratenientes y comuneros operan como espejos que se clausuran, de manera no muy distinta (aunque felizmente menos visceral) que en el Medio Oriente: nosotros llegamos primero, la trabajamos con nuestras manos.
Ni Figueroa ni los comuneros se sienten con la libertad de dejar la tierra, antes verla arruinada que en poder del otro.

Algunos rudimentos de una posible respuesta al dilema estarían en la obra de Elinor Ostrom, cientista política estadounidense y primera mujer en ganar el Premio Nóbel de Economía (de hecho, el primer no-economista en hacerlo). Ostrom se basó en los trabajos de Robert Axelrod (The Emergente of Cooperation among Egoists) y Garret Hardin, para proponer una teoría sobre el uso de los bienes comunes y las instituciones de acción colectiva. Su ambición era proponer una alternativa a los defensores del Estado o de la Privatización para resolver los problemas vinculados a utilización de recursos de uso común, como el agua o la tierra, mediante contratos vinculantes que permitan repartir equitativamente los costos y beneficios.

La ventana de Ostrom, que supera tanto el nihilismo anarquista como el pesimismo liberal, parece plasmarse al final del documental de Larraín. Sobre fondo negro se explica que Aída, hermana de Juan Agustín Figueroa, ha decidido separar aguas de su hermano y trabajar con los comuneros. Eso fue en 2007. Habrá que ver en qué están ahora.


jueves, 9 de septiembre de 2010

200 Años

¿Qué es un Estado? ¿Es el Estado chileno algo más que una maquinaria de leyes que cumple doscientos años? Al no ser jurista ni politólogo, solo tengo la intuición de que los Estados son una realidad que se mueve poco: que el nacimiento del Estado es como la explosión de una supernova: algo que ocurre rara vez y cuyas consecuencias se extienden durante generaciones.

Leo que los Estados Modernos nacieron en 1648, en el tratado de paz de Westphalia, y que luego hubo tres grandes canteras: la independencia americana, la descolonización post Segunda Guerra y la implosión de la URSS en 1991.

Hoy existen varios Estados de facto, que operan en los márgenes de la legalidad internacional. Se trata de territorios con población permanente, gobierno autónomo, símbolos propios e incluso moneda nacional, pero que no están reconocidos por ningún miembro de la comunidad internacional, o solo por unos pocos.

El más emblemático es Somalilandia, una región escindida de Somalia en 1991. Ningún país se ha dado por enterado de su existencia, aunque tiene 3.5 millones de habitantes y banco central (7.500 chelines somalilandeses equivalen a un dólar).

Igual de singular es el caso de Nagorno-Karabak, Transnistria, Abkhazia u Osetia del Sur, una serie de modestas repúblicas del Cáucaso y Europa del Este, que parecen salidas de algún libro de Italo Calvino.

Transnistria es teóricamente parte de Moldavia pero tiene su propia moneda y un vistoso escudo en el que todavía destella, como en sus mejores tiempos, la hoz y el martillo. La economía es tan precaria (el presupuesto nacional es de apenas US$ 246 millones) que las compañías transnistrianas tienen que registrarse en la madre patria moldava para poder exportar.

Nagorno-Karabak es una antigua región de Azerbaiyán poblada mayoritariamente por armenios. A pesar de las heridas de guerra (unas 40 mil personas murieron entre 1988 y 1994) es un país bastante democrático para los estándares de la ex URSS. La economía es minúscula (US$ 260 millones, poco más que la facturación de Tur Bus del año pasado:) Usan la moneda Armenia (el dram) y solo tiene relaciones diplomáticas con Transnistria.

Abkhazia está un poco más inserta en al comunidad internacional. En su capital Sukhumi, un pueblito costero de 43 mil habitantes, solo hay cuatro embajadas: las de Rusia, Venezuela, Nicaragua y Nauru (una isla del Pacífico sur), los mismos que han reconocido a Osetia del Sur. Ambas viven de la inversión rusa y de la ayuda humanitaria.

A esta lista hay que agregar otra aún más freak: los Estados de Corta duración: La república de Ezo, reducto samurai en la isla Hokkaido aplastada por las tropas imperiales en 1869; la república autónoma de Cundinamarca, con capital en Bogotá; la república juliana, en el actual estado brasileño de Santa Catarina; la república federal centroamericana.

Estados fugaces y microestados de pacotilla como la república de Kenney. Duró siete meses y su territorio comprendía un pueblito de 325 habitantes en el estado de Minnesotta, que declaró su secesión en 1977 para recibir ayuda internacional y reparar su sistema de alcantarillado. O la República de la Isla de la Rosa, una plataforma flotante sobre el Adriático, cuya lengua oficial era el esperanto. Alcanzó a acuñar su propia moneda hasta que fue suprimida violentamente por el Estado italiano en la persona de cuatro carabinieri y un escuadrón de ingenieros navales que la dinamitaron sin más en 1968.

Hoy son muchos los estados sin reconocimiento pleno. Solo 22 países reconocen a Taiwán y 20 no reconocen a Israel. Nadie sabe cuántos han reconocido al Estado palestino, aparte del Vaticano y los miembros de la Liga Árabe. El Sahara Occidental (antes español) fue reconocido por 83 países pero muchos se retractaron. Kosovo ya lleva 69 reconocimientos y Chipre del Norte solo 1 (Turquía).

En el parlamento de Quilín (1641, o sea 7 años antes que el tratado de Westphalia) la corona española reconoció tácitamente a la nación mapuche. Firmó con sus representantes un tratado vinculante de límites territoriales. La república chilena los reconoció también, aunque a regañadientes (basta mirar un mapa de la época). Sin embargo, lo fue violando de manera más o menos encubierta hasta llegar al despojo final. Somos responsables (soy responsable) de una ignorancia cómplice con este proceso que hoy es problemático y tiene a 34 hombres (ciudadanos chilenos, aunque no les guste) dispuestos a morir si no se les escucha. ¿Qué dirán si los escucha el Estado? ¿Se sienten felices y protegidos los abkhazianos por su microestado? ¿Se sienten desamparados los georgianos en Osetia del Sur? ¿Los azerbaijanos en Nagorno-Karabak? Mayorías y minorías, fronteras visibles e invisibles, empoderamientos y exclusiones. Tal vez los anarquistas no dejen de tener razón.

sábado, 31 de julio de 2010

BanDesigualdad



Cuando Economista Marginal era un simple estudiante de pregrado en el convulsionado Valparaíso de los 80, una cosa le llamaba la atención de la disciplina. De la manera de modelar la esfera micro y macro solo cabía sacar una conclusión: que las rentas del capital siempre crecen por encima de los salarios.

En Chile corren hoy ríos de tinta y acusaciones cruzadas por la encuesta CASEN. Mucho más relevante es el informe de brechas de ingreso de la OCDE, que pasó casi desapercibido salvo por un buen artículo del Diario Financiero y notitas marginales en el Decano y en el Aspiracional.

La OCDE llega a una conclusión apabullante: en los últimos veinte años casi todos los países de mayor desarrollo han visto crecer la brecha de ingreso entre quintiles. Los pobres y la clase media se han empobrecido y los ricos son más ricos a pesar de la crisis de 2008. Compruébelo usted mismo país por país, salvo contadas excepciones como la francesa (vilipendiada y caricaturizada por The Economist y sus seguidores).

Cruce estos datos con los de la matriz del programa Doing Business del Banco Mundial y váyase a la sección “impuestos pagados como % de las utilidades” y verá como la tributación corporativa en Chile es un regalo de Dios. Ojo que el dato se refiere a impuestos pagados y no al IVA, que es meramente recaudado por las empresas.

Lo que nos lleva a la pregunta que nos corresponde a nosotros como genuinos aspiriacionales que somos: ¿qué país del mundo ha salido de la pobreza en base a un sistema económico determinado? Peor aun, en qué país el neoliberalismo ha ayudado de manera determinante a estrechar la brecha de ingresos y, al mismo tiempo, crecer.
La terrible respuesta es que ninguno: cero.

Los ingleses le rinden culto a Adam Smith, pero debieran poner en el mismo pedestal a su querida Commonwealth, notable eufemismo para decir Imperio. Rentas si no gratuitas, a bajísimo costo por el solo hecho de plantar una bandera y reivindicar la dolorosa responsabilidad del hombre blanco. Francia, monárquica, imperial o republicana, pero estatista hasta la médula e imperialista de corazón. Bélgica, con el coto de caza privado de su rey Leopoldo en el Congo, uno de los genocidios más infames y desconocidos de la historia. Y Norteamérica, tierra de los libres… Michael Moore ya lo dijo todo en su brillante historia resumida: le robaron sus tierras al nativo y su trabajo al africano, por no hablar de la mitad de la republica mexicana. Se le llama acumulación, y su magnitud en sangre, sudor y lágrimas hace palidecer todo lo que pudieron contribuir los grandes científicos e innovadores de estas naciones, que por cierto fueron muchos.

El crecimiento económico, mantra de los economistas, crea hoy empleos precarios bajo la tutela operativa del outsourcing o internacionalización. La sindicalización es una mala palabra y los sistemas educacionales fallan en lo básico: ensenar a pensar y a mirar, estimular las habilidades adaptativas y las soluciones no convencionales

Frente a este panorama siniestro, el candor y entusiasmo con que nuestras élites abrazan el modelo resulta casi ofensivo. Sube la pobreza, aumenta la brecha y se echan la culpa unos a otros. Que no hay plata para un sistema de salud público. Que no hay para subsidios. Que los programas están mal focalizados. Un poquito de vergüenza.

martes, 27 de julio de 2010

Toma Chocolate


El Economista Marginal se ha podido dedicar, por fin desde el Mundial, a asuntos más serios y de su competencia que el control mental de las masas por una pelota (el Complot Adidas).

¿Le gusta el chocolate? Pues sepa usted, dama o varón, que su placer es el sufrimiento de millones de trabajadores del Tercer Mundo, que extraen el fruto en regiones tropicales de África y América Latina, y la ganancia millonaria de unos pocos especuladores afincados en esa bella y excitante ciudad llamada Londres.

Sepa usted, si no lo sabe ya, que el chocolate es un subproducto de la mantequilla de cacao, extraida a su vez de la semilla fermentada de la Theobroma cacao.

Como cualquier commodity agrícola, el cacao ha experimentado unas alzas de precio brutales en los últimos cinco años.

¿Oferta y demanda? Sí y no. El mundo no solo tiene hambre dura, la que marca la supervivencia. También tiene hambre de placer, y en los países emergentes de Asia y América Latina, la demanda por chocolate aumenta cada año al ritmo de San Valentín y otros ritmos de apareamiento burgues. A pesar de lo que le digan los economistas, este mercado (el de los alimentos) no es transparente. Lo manipulan unos pocos y, en el caso del cacao, tiene un nombre: Armajaro.

Armajaro es una empresa de corretaje financiro británica, especializada en cacao, azúcar y café, o sea, tres de las cosas más agradables que ofrece la vida aparte del sexo. Tiene unos mil empleados, y hace ocho años compró el 5% de la producción mundial. Con esta operación hizo subir el precio a un nivel record de USD 2.220 por tonelada, ganando US$ 82 millones en la pasada.

Armajari acaba de hacer lo mismo hace unas pocas semanas. Esta vez por un 7% de la producción mundial de cacao. No entraremos en las complejidades de un contrato a futuro por 240 mil toneladas; solo cabe mencionar que con esta cantidad se puede cubrir la demanda estadounidense de unos 6 meses.

Teóricamente los contratos futuros fueron diseñados proteger a los productores y consumidores de las fluctuaciones de precios, de las tormentas, sequías y otros desastres naturales. Pero en la práctica ocurre lo contrario. No solo la demanda por alimentos está desbalanceada por el cambio climático y el creciente poder adquisitivo de las clases medias en Asia y América Latina. En medio están los especuladores, ganando, y los trabajadores en Costa Marfil, Ghana, Indonesia y Nigeria al límite de la subsistencia (los brasileños, ecuatorianos y dominicanos estarán un poco mejor, pero ni tanto).

Todo esto, querido consumidor(a), nos lleva al tema de la empatía. Sea usted consumidor de Garoto o de Varsovienne, su placer es la riqueza de unos pocos y el hambre de muchos. ¿Podemos lograr un sistema más armónico que el actual?

lunes, 21 de junio de 2010

El futbolista Perfecto


En su novela El Embalse (1987), Cesar Aira describe un delirante complot de la cúpula militar argentina para crear al futbolista perfecto en base a radiación y hormonas de gallina mutante. Una suerte de Golem futbolero capaz de salvar el honor de una república disfuncional.

Años más tarde la premisa fue retomada por el periodista Luis Dapelo en su película-blog El Caso Mascherano, que aporta datos plausibles acerca de la inusual capacidad aeróbica del capitán de la albiceleste. Según este periodista investigativo, Mascherano no es simplemente un jugador descollante, sino un organismo modificado, capaz de un rendimiento físico sobrehumano.

El subtexto de estos delirios rioplatenses es que el fútbol ha perdido hace rato la inocencia; es un juego de poder y un mercado donde se mueven recursos simbólicos y financieros que antes monopolizaban la religión y el Estado.

El otro elemento discursivo estratégico del fútbol como gran espectáculo de masas es su capacidad de aunar selección natural y diseño. Un futbolista es un dispositivo que convierte energía bioquímica en fuerza mecánico motriz. El hardware esta compuesto básicamente por un conjunto de fibras que se contraen a nivel molecular (músculos), cuya performance depende no solo de entrenamiento especializado, sino también de una predisposición genética para quemar eficazmente calorías y oxigeno, procesar estímulos visuales y movilizar una pelota calibrada. De estos superhombres depende que naciones enteras se perciban como comunidades viables y respetadas en el concierto mundial.

Por alguna razón los bisnietos y tataranietos de esclavos angoleños nacidos en Brasil serian algo así como el genoma privilegiado, depurado mediante selección natural e ideología nacional. El Brasil de Dunga confirma la metamorfosis de un equipo post-colonial de borrachines y puteros y geniales (Garrincha) a una formación de evangélicos turbo-recargados por el condicionamiento físico y la religión: Kaká que le dedica cada anotación al Señor.

Si yo fuera Piñera y la derecha chilena estudiaría seriamente el genoma de ciertas comunidades clave: San Antonio y Tocopilla, Chupete y Alexis. Ahí esta el futuro de Chile. No en la minería, la acuicultura o las políticas publicas. El futbolista perfecto es la aspiración de toda nación auténticamente moderna.

sábado, 19 de junio de 2010

La Fiesta del Fútbol


Hace algún tiempo, cuando aun albergaba ambiciones literarias, imaginé una novela de ciencia ficción post-cambio climático, post-colapso del sistema financiero dolarizado que conocemos. Sin una moneda de referencia mundial, el vacío lo llenan monedas electrónicas administradas por grandes corporaciones, entre ellas la FIFA, que oficia además como una suerte de FMI-Banco Mundial.

En este mundo donde el desplazamiento físico es peligroso y caro (crisis de los combustibles fósiles y terrorismo global), a las personas se les paga por ir al estadio. Los coliseos lucen siempre llenos, pero por cada espectador pagado hay cientos de miles que pagan por ver los partidos desde sus pantallas de TV digital, tanto en los condominios residenciales de jubilados ABC1 como en las aldeas de pescadores del África Ecuatorial. Ambas transacciones, el sueldo de los asistentes y los abonos de los telespectadores, se cancelan en la moneda electrónica de la FIFA, creándose así un gigantesco flujo de caja y una economía desterritorializada y transnacional.

Pero el dinero, el medio de pago, es lo de menos. Lo fundamental es el monopolio semántico del coraje, la virilidad, el trabajo en equipo. La FIFA de hoy y del futuro cuenta con su santoral y sus reliquias sagradas; sus eventos son peregrinaciones catárticas; las camisetas, los goles, los relatos futbolísticos son el único imaginario capaz de resistir a la catástrofe, tal como lo hizo la Iglesia Católica durante las Invasiones Bárbaras.

Este mundial africano creo que marca cierta evolución en el modelo de negocios y en el modelo macro-político de la FIFA. Es significativa la decadencia de equipos nacionales como Francia, Inglaterra y Alemania, modelos socialdemócratas y multiculturales fallidos; la resilencia maquiavélica de la Italia neo-racista o el karma histérico de España.

Esto es menos un problema que una oportundiad porque, siguiendo la metáfora cristiana, la FIFA es ecuménica y universalista. Le interesan todas las almas y no sola la del hombre blanco. Tiene perfectamente claro que su fuente de mano de obra está en el África y Latinoamérica, donde las tasas de natalidad aún son positivas, y que el capital está en Europa Occidental, Corea-Japón, la cleptocracia rusa y ciertos emiratos árabes. Más encima ofrece un modelo migratorio y redistributivo aceptable, que no satura las oficinas de desempleo, que ofrece hermosos modelos de superación personal y de la pobreza, por no hablar de dispositivos mercadotécnicos de una eficacia notable a la hora de transformar el deseo en frustración, y viceversa...

jueves, 10 de junio de 2010

Poder y Vacío


Los comandos israelitas que ametrallaron a decenas de personas y asesinaron a nueve dicen haber actuado en defensa propia. Los guardias fronterizos que dispararon contra un adolescente mexicano repiten la fórmula… Atacados a pedradas por pendejos, responden con balas. En ambos casos, la frontera deja de ser principio legal y se torna una realidad micropolítica donde el poderoso actúa como débil…

Esos mecanismos de reversión son dignos de estudio, y Economista Marginal carece de las herramientas teóricas para ello. Solo cabe señalar las fronteras transgredidas que se multiplican por el mundo… En Italia una ley berlusconiana limitará severamente la libertad de expresión. En toda Europa los funcionarios pagarán por los excesos de los banqueros. En su momento pocos reclamaron y ahora es tarde: todos gozaron, en alguna medida, de la fiesta de las tarjetas de crédito.

Pero al electorado senescente y conservador mayoritario no le interesan esas fronteras modernas, sino las viejas: raza y familia (heterosexual), religión única.

miércoles, 2 de junio de 2010

Los Amos del Mundo




La última vez que se reunieron fue en Atenas... Asistieron monarcas europeos, presidentes de bancos centrales, CEOs de grandes multinacionales. También los ministros de finanzas y relaciones exteriores de Grecia... Fue el año pasado y pocos meses más tarde Grecia estaba en bancarrota, y Atenas en llamas.

¡Así que suerte, Madrid!

Se trata del misterioso grupo Bilderberg, una logia informal de mandamases, que comienza su sesión anual en un hotel de la costa brava catalana. Se fundó durante la guerra fría y uno de sus participantes fue Joseph Ratzinger. Generalmente de ahí sale el futuro presidente de la Unión Europea o de la OTAN.

Teóricos del complot (generalmente de ultraderecha) los acusan de ser el gobierno secreto del mundo. Sus presidentes y miembros refutan las acusaciones con humor. No emiten declaraciones, no hablan con la prensa, no realizan votaciones vinculantes. Solo... discuten. Los estará agasajando Ferrán Adriá o algún otro megachef catalán.

Tampoco se conoce una tabla de tópicos, pero no es aventurado suponer que hablarán de Grecia, el Euro, la masacre de la flotilla o el agujero en Guatemala. No creo que hablen de los Paraísos Fiscales, pues todos deben tener más de una cuenta en varios.

Supongo que terminan contestos, o más tranquilos. Abordarán sus limos y aeronaves privadas, de vuelta a sus jurisdicciones. Algunos consensos básicos habrán alcanzado La sensatez es un valor, la negociación una necesidad y una virtud de los verdaderos líderes.

martes, 1 de junio de 2010

La República del Rif

Economista Marginal tiene en su genoma secuencias de varios orígenes. En sus cromosomas y ribosomas hay, por ejemplo, trazas de ciertas familias españolas de nariz ganchuda. No puede usar ni acoger la palabra judío como insulto, ni puede tampoco hacerse el gil con los hechos de incontestable crueldad que perpetra el Estado de Israel.

Si la política es el arte de lo imposible, los israelíes tienen la suya secuestrada. Vivir entre de muros y sistemas electrónico-militares de última generación debiera ser lo anormal, la excepción. La paz con el vecino algo lo normal.
Pero parece que les gusta la tontera. Se siente seguros.

Mi único aporte a la discusión es que en 1922 existió un germen de Estado laico en el Mediterráneo Sur, que incluyó en su programa político la vida civilizada entre judíos, musulmanes y cristianos. Se llamó la República del Rif, y esta fue su bandera.



La lideraba un caíd educado en España, Abd-el-Krim el-Khetabbi, y lo apoyó la flor y nata de la intelectualidad maghrebí, jóvenes egresados de Sciences Politiques, admiradores de Ataturk, la pequeña burguesía comercial judía, algunos traficantes de armas ingleses y el Kaiser Guillermo II de Alemania.

La república del Rif fue el primer alzamiento militar exitoso contra una potencia colonial europea en África. Precipitó la caída de la monarquía española e instaló el primer estado secular en el mundo musulmán.

Como toda utopía, se desmoronó en un par de años en caer. Francia envió una división al mando de Philippe Pétain, futuro aliado de Hitler, a aplastarla. Las tropas españolas las comandaba el general Primo de Rivera, a la sazón generalísimo de España y padre del fundador de la Falange. Doscientos cincuenta mil hombres con apoyo de artillería, aviación y un arma muy moderna y especial, unos dispositivos dosificadores de gas... No, si hacer genealogía de la crueldad puede arrojar muchas sorpresas...

Pero en fin, esto es historia pasada. Las guerras del Antiguo Testamento se reescenifican en clave posmodernas. Con teléfonos satelitales, comandos, propaganda y spin. Y no hay salida, a menos que un millón de embarcaciones deportivas de todo el mediterráneo se junten delante de Gaza y a los comandos se les haga masacrarlos a todos: como en el final de V de Vendetta…

Mayores antecedentes de la república del RIF en: Islamism and secularism in North Africa (Georgetown U.)

martes, 25 de mayo de 2010

La Visibilidad de la Crisis: El hombre del Trillón de Dólares








Empatía y Escasez tienen un correlato: Entropía y Conciencia. El sistema energético es entrópico, el sistema financiero (pese a todo) también: sube y bajan las bolsas, pero hay algo peligrosamente colgante en las cuentas de capital de las grandes naciones… Todas se deben unas a otras sumas estratosféricas, y finalmente están hipotecadas hasta el fin de los tiempos. Entre 2008 y 2010 al precipicio financiero se suma la huella de carbono, el holocausto de la biodiversidad. Si la economía es energía bioquímica, y si esta se acaba, se consume, se torna inviable, ¿de dónde sacamos más?

Pero he aquí que aparece un hombre diciendo haber abierto el grifo para que surja, de la nada, un trillón de dólares.

Se llama Craig J. Venter, es un ex veterano de Vietnam y durante 15 años ha estado formando una red de investigadores para tomarse por asalto la nueva economía mundial. La mayoría son estadounidenses, pero hay también italianos, alemanes y una mexicana. Son los creadores de Synthia.

Synthia es la primera célula viva que tiene su propia página web anotada en su código genético.

Synthia es un mutante de levadura y micoides, una bacteria que provoca mastitis en la industria caprina. Se identificó el genoma del micoides. Se recombinó en un computador (como un código talmúdico de 4 letras) y con eso obtuvieron una receta bioquímica. Con 3 botellas de productos químicos se construyó un cromosoma sintético. Venter y sus boys & girls introdujeron el cromosoma en una célula de levadura a la que tuvieron que amordazar (inhibir sus defensas).

Synthia en realidad es poco importante. Es como el Sputnik. Pero el procedimiento patentado para hacerla, podría permitir grandes cosas: organismos genéticamente diseñados para absorber carbono o petróleo, actuar como nanomedicamentos, you name it.

Con razón a quienes temen que Synthia sea una abominación: se suelte en la naturaleza y lo invada todo: como en Soy Leyenda o Amanecer de los Zombies. Sin duda algo de eso habrá.

Lo que ocurre en biotecnología es ya trivial, cotidiano. Por ejemplo, mi manzana mutante: la olvidé al fondo del refrigerador durante el verano. Estaba intacta, sin rastro alguno de putrefacción. La saqué y la dejé a la intemperie otra semana, y nada. Su piel tersa como cuando cayó el árbol.

Entonces me di cuenta de que estaba frente a un producto patentado. Un fruto de manzano genéticamente modificado para rechazar invasores externos… imagine usted una película Píxar en que las hormiguitas no pueden entrar a la manzana: ¡la mastican pero es de plástico!

domingo, 23 de mayo de 2010

Empatía y Escasez












La economía ha estado siempre marcada por la escasez: una observación fenomenológica pero no explicativa. La escasez de alimentos, de vivienda y, lo que es más importante, de dinero circulante, son fenómenos a menudo administrados por estructuras de poder. De ahí a que el personaje que simboliza y encarna la economía capitalista de todos los tiempos es el winner. Que use polainas, sombrero de copa o i-phone da lo mismo. El winner ha pegado codazos hacia los lados para hacerse un lugar en la administración de la escasez.

El winner tiene un solo rival en el ecosistema: el empático.

Dicen los científicos neuro-evolutivos que la empatía es uno de los rasgos que contribuyeron a desarrollar de manera fundamental el sistema nervioso central del primate proto-humano. De Platón a San Agustín la empatía se abrió paso (a empujones) hasta transformarse en ese sistema económico llamado socialismo. Si nos apuran por darle fecha de expiración, no sería 1989 sino 1934, cuando Stalin administró una hambruna en Ucrania para exterminar a los campesinos conservadores.

No hay que presionar mucho la lógica para concluir que nuestro presidente es un epítome del winner. Se enriqueció dosificando la escasez de información, traicionó a uno de sus mentores (Claro) y llegó a la presidencia vistiéndose de empático: saludando viejitas, oyendo a pobladores, hablando en parábolas.

La crisis que sacude a Europa: empatía (u odio) con los inmigrantes, versus escasez de nuevos puestos de trabajo. En Japón hay cada vez menos mujeres jóvenes (y atractivas); en América Latina todavía hay muchas: son diferentes estructuras demográficas. Las chicas toman un avión, aprenden un par de frases en nihongo y se van a trabajar para la yakuza.

Algunos japoneses sienten empatía por ellas, otros, solo ven un recurso escaso.

sábado, 22 de mayo de 2010

La Nueva Cábala


Dicen que “Synthia” es el gran invento desde la separación del átomo, que marcará un antes y un después en la economía mundial, un nuevo mapa del poder y un golpe brutal a los valores tradicionales… Al final se habría demostrado el carácter material (y químico) de la vida, pero también su carácter de software, de código que da instrucciones.

Tal vez Dios esté solo ahí, en el código, y no en los minuciosos preceptos de vida de las religiones monoteístas: digo yo.

En fin, los alcances “Synthia” serían tan grandes que el discurso de nuestro presi, plagado de grandes anuncios y erratas de colegial (Checoslovaquia) parece más bien el de un presidente de club de segunda división.

¿Y en qué consiste Synthia? Es una combinación de levadura con mycoplasma micoides, una bacteria que causa mastitis en las cabras Un ser vivo creado a partir de elementos químicos orgánicos e inorgánicos, recombinados según una plantilla artificial.

Comparado con el transbordador, algo así como el Sputnik.

Su creador es un bioquímico llamado Craig Venter. Dijo que Synthia es el equivalente al nacimiento de la agricultura hace unos cuantos milenios, cuando alguien dijo en alguna parte de Asia Central: "sembremos las semillas de los árboles más bonitos, alimentemos y crucemos las cabras más gorditas… Y no pasaremos hambre…"

Venter afirma que Synthia vale trillones de dólares, que permitirá en los años que vienen crear organismos vivos para fines específicos: algas que retengan CO2, vacunas especializadas… o armas biológicas (según sus detractores).

¿Qué podría pasar si Synthia se escapa del laboratorio y se reproduce en la naturaleza? ¿Morirá la industria caprina?

Para detectar su presencia, el Genoma de Synthia tiene "marcas de agua", frases que no significan nada químicamente hablando, pero que el equipo de Venter insertó para identificarse: están sus nombres, su página web y una frase de Finnegans Wake, la novela más extraña y loca jamás escrita:
"Vivir y equivocarse, caer y triunfar, recrear vida desde la vida..."

miércoles, 19 de mayo de 2010

El Petróleo de Macondo

La plataforma petrolera que ha derramado una gigantesca masa negra de aceite en el Golfo de México forma parte del llamado Prospecto Macondo. Me acabo de enterar. A algún gringo lector de García Márquez se le habrá ocurrido bautizar así este pozo de riqueza, hoy desastre ambiental.

Dicen que es usual en la industria usar estos códigos para conservar el secreto durante la etapa de negociación, cuando corre la plata oscura. Sea como sea, se trata de un realismo sin nada de mágico, que se suma a otros.

Pronto serán transgénicas la mayor parte de la fruta fresca y de la proteína que consume la humanidad. Interrumpiendo la sexualidad de plantas y animales, la ingeniería genética ha creado nuevas variedades, más rentables, mejor transportables por las cadenas de frío de las multinacionales. Pronto llegaremos a un punto sin retorno de la huella de carbono. Pronto tendremos acción.

La economía planetaria descansa sobre dos procesos básicos: uno que ocurrió hace millones de años, y otro que ocurre todos los días. La formación de los minerales y la fotosíntesis.

Todos nuestros combustibles y materias primas minerales se extraen de mantos subterráneos, que se formaron en otras edades geológicas de la actividad volcánica y la fosilización de zooplancton y biomasa prehistórica: el cobre chileno, el petróleo de Macondo.

La fotosíntesis, en cambio, es un proceso continuo, cotidiano, omnipresente (incluso en los desiertos). El resultado de la fotosíntesis es azúcar, fructosa, lactosa, son los duraznos que comemos, el vino que tomamos. ¿Cómo nació y dónde es la gran pregunta? Algunos científicos creen que es la respuesta a la crisis energética.

Mientras tanto el petróleo derramado desde Macondo cubre una superficie de casi 6.500 km2 (algo así como toda la VI Región)… Y justo el momento en que miles de pájaros migratorios vuelan sobre el área: algunos van desde Alaska hasta la Patagonia. También hay tortugas de Kemp, ballenas, delfines, garzas y garcetas, pelícanos… Camarones y una rica fauna bentónica, la materia prima de la famosa comida cajun.

lunes, 10 de mayo de 2010

La Tercera Vía ha Muerto


En la madrugada del jueves murió el último proyecto político interesante de la socialdemocracia. Uno de sus artífices teóricos, el sociólogo Anthony Giddens, lo definió como una Tercera Vía que intentaba reparar las solidaridades dañadas por el neoliberalismo, reconocer la centralidad de la política, abrazar una democracia del diálogo, repensar el Estado de Bienestar y hacer frente a la violencia social.

El nuevo laborismo apelaba a las clases medias, los nuevos profesionales de la economía simbólica y de los servicios. Al mismo tiempo buscaba alejarse de los discursos de la clase trabajadora industrial que lo habían visto nacer. Funcionó fantástico mientras las burbujas financieras le daban fuelle. El nuevo laborismo cobraba los impuestos y los redistribuía a los actores sociales en forma de subsidios al emprendimiento. Pero llegó la guerra del Irak, que destruyó la cohesión interna del partido, y la crisis bursátil que trajo de vuelta el fantasma de los ciclos económicos.

El Nuevo Laborismo se ha hundido, sin embargo, con dignidad en las urnas y con el pintoresquismo propio de uno de los sistemas electorales más antiguos y bizarros del mundo. No solo es un país sin constitución escrita, una potencia del primer mundo donde conviven el derecho medieval y el moderno. El sistema electoral, sus ritos y sus procedimientos, tiene más que ver con una comedia de Monty Python o de Mr. Bean que con el (valga la contradicción) puritanismo político continental francés, del que somos herederos en Chile y gran parte del mundo.

En rigor no es una elección nacional sino local. En la papeleta no se vota por un primer ministro sino por un parlamentario que deberá contribuir a la formación de un gobierno nacional. Ningún británico votó nunca por Thatcher, Churchill o Blair, solo aquellos que votaban en los distritos donde estos se presentaban como candidatos.

Se vota en día laboral, los pubs siguen abiertos (de hecho algunos son local de votación) y, una vez que se dan los resultados, los candidatos concurren al centro de votación y reciben el resultado del apoderado de distrito arriba de un escenario. Parece un concurso escolar donde el rector da como ganador al más mateo.

Pero, ojo, que junto a los candidatos “serios” (laboristas, conservadores o lib-dems) también están presentes los freakies. Gordon Brown figuraba renovando su mandato como diputado (y perdiendo el de Primer Ministro) en compañía de un pelado de dos metros, con lentes oscuros y el puño izquierdo en alto; un gordita en muletas; un señor con una cotona de tránsito y un cartelito ilegible en el pecho. A Cameron lo acompañan un viejito vestido de bombero, pero entero de blanco y con una corbata de humita amarilla, y un tipo disfrazado de Jesucristo, con corona de espinas y lágrimas de sangre.

El candidato ganador de la circunscripción da un breve discurso, que suele ser de contenido local. La Amistad, la Justicia, la Democracia, etc. Y luego viaja a Londres para negociar… Dicen que el secretario personal de la reina siempre llama a alguna hora para enterarse cómo va cosa. Al final es ella la que pone la cara en los billetes (aunque no pague impuestos…), la que estira su mano para que se la bese el ungido por las urnas.

En la oposición al Nuevo Laborismo le espera un escenario no muy distinto al de la Concertación. Se movió hacia el centro por un diagnóstico táctico e histórico. Está alejado de sus raíces, pactó con el Diablo para ganar el cielo y ahora está en el purgatorio, sin una narrativa que haga un mínimo sentido en estos tiempos de caos financiero y ambiental. Como Frei, Brown planteó una campaña más anti-derechista que propositiva. Su slogan era "Move Away, Posh Boy": Hazte a un lado, niño cuico..."

Revivir la lucha de clases en el 2010... El resultado salta a la vista.

viernes, 23 de abril de 2010

Ruedas Calientes


Mientras uno espera en la caja del supermercado, distintos productos residuales le son ofrecidos a la compra impulsiva. Ejemplares del Reader Digest y de la revista Caras, dulces, gaseosas y chocolates marca M&M. Está pauteado el mix según estudios demográficos y estadísticos, y varía de local en local. En el más cercano a mi domicilio debe haber una proporción de padres jóvenes.

Esto explica la presencia de autos de juguete marca Hot Wheels. Vienen en sachets individuales, tienen unos 10 cm. de largo, pero lo que más me sorprende es que sean los mismos modelos con que yo jugaba hace, ejem, tres décadas o más en las calles de Viña. Un Chevelle 70 a escala, un Lincoln Continental 64, un Corvete 72, un Mustang 71. Largos y estilizados atentados contra la biósfera, grotescas huellas de carbono de un país que se creía dueño de la Historia.

Por alguna razón los fabricantes de juguetes encuentran su relato mítico en una experiencia automotriz del pasado. ¿Qué imágenes evocarán los niños al jugar con un Caravelle 70, con un Beaumont 69? ¿Aventuras de cuando papá era chico y se fumaba en todas partes, no había celulares ni notebooks ni mp3, de cuando en Chile no se conocía la comida rápida ni la televisión por cable?

Los autos de juguete eran la artillería cotidiana de uno, junto con las bolitas y los soldados. Los Hot Wheels tenían muy buena suspensión, pero con el carrete los ejes se doblaban. Los míos protagonizaban accidentes tan dramáticos que, llegado un punto, la carrocería entera se soltaba.

Hot Wheels es una línea de productos de Mattel Inc, con sede en El Segundo, California. Mattel cerró su última fábrica norteamericana en 2002 y se llevó toda la manufactura a China. El 80% de sus utilidades provienen de Barbie, ícono, role-model de las niñas de entre 7 y 11 años. En Agosto de 2007 tuvo que sacar del mercado aproximadamente 1 millón de juguetes hechos en China por utilizar una pintura con un 11% de plomo. Dora la Exploradora y Plaza Sésamo fueron los más afectados. Las pérdidas fueron millonarias y Zhang Shuhong, uno de los contratistas, se suicidó.

Imagino el plomo que absorbieron mi piel y mis pulmones cuando mi Chevy Nova 70 pasó a mejor vida. O tal vez no, aún los fabricaban en USA y con normas más estrictas (¿who knows?). Imagino el mercurio que toqué sin querer de la ruptura de un termómetro. Un veneno en estado puro, maravillosa bolita metálica que se separaba y reaglutinaba como por magia. Imagino los solventes químicos que aspiré mientras armaba modelos a escala. Un Spitfire, un Messerschmidt 109, con sus calcomanías siniestras. El instinto de agresión empaquetado en un juguete nerd.

miércoles, 21 de abril de 2010

¿También tú, Evo?


Parece que ningún tradicionalismo se salva. Ningún regreso a un supuesto origen, ni el Corán, ni la Biblia, ni las tradiciones Aymaras. El cardenal y el ayatolá pusieron lo suyo, ahora es el presidente indígena de Bolivia diciendo sandeces.

En el loable intento de defender la agricultura tradicional de su país, Evo Morales demoniza a los alimentos transgénicos, específicamente aves, con provocar calvicie y conflictos de identidad sexual en el varón.

¿Cómo explica entonces a los homosexuales vegetarianos? ¿A las mujeres calvas? ¿Dijo lo que dijo o fue el muchacho de la agencia France Press que tergiversó sus palabras? Imagino a los poetas progresistas gay de La Paz y Santa Cruz tomándose la cabeza a dos manos, a los organizadores de congresos alternativos pidiéndole explicaciones a sus compañeros campas y kollas.

Con los medios discursivos rústicos que lo caracterizan, Evo ataca sin embargo a una de las industrias más oscuras de la humanidad. En los últimos años grandes empresas multinacionales han patentado aspectos completos del genoma vegetal y agropecuario del planeta. Son los productos frescos que consumimos en los supermercados, hectáreas y hectáreas plantadas con frutos que no germinan como los demás, que desarrollan o inhiben genes específicos para ser más grandes, más dulces, más resistentes a los bichos.
Mientras tanto los cultivos milenarios y las culturas que viven de ellos van siendo desplazados, arrinconados: no pueden pagar los royalties.

En la magistral ficción de anticipación Oryx y Crake, Margaret Atwood imagina una economía completamente dominada por empresas de biotecnología, cuyos científicos viven vidas de reyes en unos condominios blindados. Algo así como La Dehesa, pero con puros PhDs en bioquímica.

En los laboratorios de estas empresas se crean cerdos hinchados (pigoons) con genes humanos para extraerles órganos; perros-lobos (wolvogs) de aspecto tierno pero instinto cazador para la industria de la seguridad, capaces de desgarrar la garganta de un sospechoso. Pero lo más radical son los chickie-nobs, trozos de carne blanca y tubular, desprovistos de sistema motriz. Son pechugas de pollo en estado vegetativo, sin cabeza ni cerebro, capaces tan solo de sorber nutrientes a través de una abertura mínima en la barriga antes de ser faenadas y transformadas en hamburguesas y todo tipo de snacks.

Evo tiene razón y no la tiene. Es triste lo suyo, porque perpetúa la máxima maquiavélica, banaliza un problema mundial usando prejuicios autóctonos para convencer a su electorado. Ya podemos imaginarlo miembro fundador de un eventual eje Teherán, Roma y La Paz. Usted póngale nombre.

lunes, 19 de abril de 2010

Fuego Divino






Según el ayatolá iraní Kazem Sedighi, los terremotos y erupciones volcánicas que han afectado al mundo recientemente son culpa de las mujeres, agentes del Demonio que tientan al hombre y lo alejan del camino de Dios. Es un llamado y una advertencia para todos aquellos pecadores y pecadores de Teherán, megalópolis ubicada sobre una fractura tectónica tan virulenta como la sudamericana.

Kazem Sedighi salió así a competir de igual a igual en inanidad con el cardenal católico Tarcisio Bertone, alto funcionario del Vaticano a quien nadie le recordó que hay homosexuales asumidos en los gabinetes de varios gobiernos europeos, con los que la Santa Sede tiene relaciones diplomáticas.

Pero al margen de los oscurantismos ecuménicamente distribuidos a Oriente y Occidente, la explicación secular de los hechos telúricos todavía deja mucho que desear. Los científicos, con la actitud cautelosa que los caracteriza, no descartan ni confirman el vínculo entre cambio climático y actividad geológica. El derretimiento de grandes masas de hielo implicaría una presión sobre las capas tectónicas del fondo marino, pero para confirmar su relación con los terremotos y erupciones hace falta más investigación, señala Richard Betts, un experto en modelamiento climático de la Universidad de Exeter (http://www.guardian.co.uk/environment/2010/apr/19/climate-change-geological-hazards ).

De ser cierta la ecuación cambio climático = terremotos + volcanes, estaríamos frente a una fantástica constatación de que la economía mundial y nuestra propia supervivencia no descansa tanto en el trabajo y el capital, sino en los caprichos de la energía geológica y bioquímica del planeta.

Debido al penacho de humo que cubre Europa del Norte, no solo vemos el comercio, el turismo y las reuniones de negocios paralizadas, a miles de personas atrapadas en los aeropuertos, sino también la fragilidad desnuda de un sistema que depende de la termodinámica, el electromagnetismo y los combustibles fósiles para funcionar. La crisis económica la instaló el hombre, pero la estaría prolongando y profundizando la naturaleza… ayudada por nosotros.

En 1991, cuando el cambio climático recién asomaba en algunas revistas especializadas, se produjeron casi simultáneamente las dos mayores erupciones volcánicas del siglo XX. La primera fue el 2 de abril en Pinatubo, Filipinas, y la segunda en octubre en el Monte Hudson, en la zona de Aysén (¿alguien la recuerda?). Millones de metros cúbicos de azufre, magma, aerosoles, gases y partículas cubrieron la atmósfera, destruyendo secciones enteras de la capa de ozono y alterando drásticamente las telecomunicaciones. En Pinatubo hubo que evacuar a unas 60 mil personas, en Chile ninguna: nadie vivía en aquellas soledades australes.

Pasará algún tiempo antes que la academia se pronuncie. De confirmarse lo que ya algunas mentes apocalípticas temen, comenzará a configurarse un escenario donde ya no solo las costas se inundan y las sequías se alternan con aluviones, sino uno donde además el cielo y la tierra ya no muestran su cara más amable. Será el regreso al origen, a la furia magmática de la sopa original. Ojalá tenga razón el ayatolá y sea solo cosa de hacerle caso al Libro Sagrado, dejarnos de jodienda y ponernos a rezar.

martes, 2 de marzo de 2010

Saqueo


En la ficción especulativa el tópico de la catástrofe se viene repitiendo desde hace varias décadas. Guerra nuclear, cataclismo natural o cambio climático inducido por el hombre, en todas ellas se describe el descenso desde la civilización al estado de naturaleza. Subyace la idea de la artificialidad de todo lo que sostiene nuestro entramado cotidiano, sea el ordenamiento jurídico, la economía de mercado, el consumo simbólico-cultural o la elaboración de discursos.

Viendo las imágenes de Concepción y alrededores siento que mis propios discursos se despedazan. Muchos corazones buenos, liberales o de izquierda, intentan explicar qué representan esos jóvenes que atacan a los bomberos, esos vecinos armados con palos y armas hechizas. Yo no me siento en condiciones de ponderar lo que le cabe al vacío de autoridad o al sensacionalismo televisivo.

Creo ver en ese surgimiento espontáneo de los chacales y su correlato, el fascismo barrial, una demostración contundente de que nuestro orden social ha descansado durante años en una pura falacia. Si la reacción del Estado nacional centralizado ha sido criticada por tardía y dubitativa (sobre todo en recurrir a recursos de despliegue rápido como las Fuerzas Armadas), qué decir de la empresa privada, cuyos dirigentes llevan años reivindicando un rol social que hoy brilla por su ausencia. Un supermercado cerrado tras un terremoto es un crimen de lesa humanidad, un llamado al saqueo tan explícito como la ausencia de policía. Aún cuesta entender que ambos sistemas (productivo/comercial + seguridad) no se hayan comunicado siquiera, no digamos a tiempo.

Hace años que Marcelo Mellado me viene hablando del infierno en que vive el Chile profundo, el Chile provinciano, travestido por las fuerzas del darwinismo de mercado, el oportunismo político y la herencia negra de la dictadura. Años, según mi amigo, en que los caciques y operadores locales han saboteado y boicoteado todo atisbo de sociedad civil organizada, toda iniciativa que no sea patrocinada por ellos y sus cúpulas. Eso explica la ausencia de organizaciones intermedias que hubieran podido enfrentar esta catástrofe con dignidad. Es otro pasivo de la Concertación que emerge con toda su crudeza, la de ver a los chacales en acción.

¿Y qué decir de ellos? Alteridad pura, otredad irreductible, hoyo negro del cariño, de toda regla que no sea la supervivencia básica, animal. Hijos de la noche sin poesía, hoy visibles a la penosa luz del día.

El escenario ambiental para las próximas décadas es catastrófico; la ola que se tragó el litoral maulino y penquista puede llegar a ser permanente. Se producirán nuevos terremotos, nuevas olas, y yo me pregunto si las enfrentaremos con este capitalismo subsidiario sin densidad simbólica ni capilaridad social, que a la primera gran prueba se ha caído como un castillo de naipes.

sábado, 30 de enero de 2010

Ventana Demográfica: Economista Marginal Inicia una Nueva Etapa


Según la División de Asuntos demográficos de la ONU, Chile entró en 1995 en lo que los expertos llaman una “ventana demográfica”.

Una ventana demográfica ocurre cuando el número de habitantes menores de 15 años ha caído por debajo del 30%, mientras que los mayores de 65 aún no superan el 15%. En otras palabras, la población en edad de trabajar está en su proporción óptima.

Los países que aprovechan sus capacidades humanas e institucionales durante una ventana demográfica pueden alcanzar el desarrollo y entrar con mayor holgura en la siguiente fase: cuando comienza la invasión de canas y los adultos mayores superan el 15%.

Aprovechar o no una ventana demográfica depende, por cierto, de la calidad de la fuerza de trabajo, de las políticas públicas y de consideraciones culturales como, por ejemplo, la igualdad de género y la planificación familiar.

Las ventanas demográficas duran unos 50 años: la de Europa comenzó en 1950 y terminó en 2000. La de China empezó en 1990, la de Brasil en 2000 y la de India comienza esta década. He ahí el nuevo orden económico mundial.

Todo este prolegómeno para abrir esta nueva fase de Economista Marginal, tras varios meses de reflexión y duda sistemática.

Economista Marginal se declara opositor constructivo del nuevo gobierno, pero también de los discursos apocalíptico-paranoicos que pronostican el regreso de Mordor a la Tierra Media.

Economista Marginal está mucho menos interesado en la guerrilla dialéctica contra las estructuras estatales, que en buscar nuevas formas de asociación y construcción práctico-discursiva en torno a la idea de territorio.

La Concerta 1.0 hizo mucho, qué duda cabe, por sacar a Mordor de escena. Pero hizo poco o nada por empoderar a la sociedad civil. Las estructuras medias y territoriales del Estado se llenaron de “operadores políticos” para quienes importaba más tener clientes que ciudadanos (salvo cuando había que renovar el contrato mediante el voto). Clientelismo de base, voluntarismo de la élite marcaron esta etapa ya cerrada.

¿Habrá llegado entonces la hora de que las personas se doten a sí mismas de nuevas formas de intercambio económico y cultural? Los próximos treinta y cinco años son clave, si hemos de creerles a los demógrafos de la ONU. Serán los años de mayor potencial creativo y productivo de nuestro pequeño país, y no se los podemos regalar a la rapacidad del winner postneoliberal ni al neopopulismo conservador, pero tampoco al nihilismo, la paranoia y la autoflagelación nostalgiosa.