domingo, 23 de mayo de 2010
Empatía y Escasez
La economía ha estado siempre marcada por la escasez: una observación fenomenológica pero no explicativa. La escasez de alimentos, de vivienda y, lo que es más importante, de dinero circulante, son fenómenos a menudo administrados por estructuras de poder. De ahí a que el personaje que simboliza y encarna la economía capitalista de todos los tiempos es el winner. Que use polainas, sombrero de copa o i-phone da lo mismo. El winner ha pegado codazos hacia los lados para hacerse un lugar en la administración de la escasez.
El winner tiene un solo rival en el ecosistema: el empático.
Dicen los científicos neuro-evolutivos que la empatía es uno de los rasgos que contribuyeron a desarrollar de manera fundamental el sistema nervioso central del primate proto-humano. De Platón a San Agustín la empatía se abrió paso (a empujones) hasta transformarse en ese sistema económico llamado socialismo. Si nos apuran por darle fecha de expiración, no sería 1989 sino 1934, cuando Stalin administró una hambruna en Ucrania para exterminar a los campesinos conservadores.
No hay que presionar mucho la lógica para concluir que nuestro presidente es un epítome del winner. Se enriqueció dosificando la escasez de información, traicionó a uno de sus mentores (Claro) y llegó a la presidencia vistiéndose de empático: saludando viejitas, oyendo a pobladores, hablando en parábolas.
La crisis que sacude a Europa: empatía (u odio) con los inmigrantes, versus escasez de nuevos puestos de trabajo. En Japón hay cada vez menos mujeres jóvenes (y atractivas); en América Latina todavía hay muchas: son diferentes estructuras demográficas. Las chicas toman un avión, aprenden un par de frases en nihongo y se van a trabajar para la yakuza.
Algunos japoneses sienten empatía por ellas, otros, solo ven un recurso escaso.
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Interesante. Además de darme cuenta que cuando me incerto en la web ya no para visitar FB, cada vez doy con más respuestas ante un presidente/empresario que construyó su camino a la moneda en una suerte de juego donde el final es hacer que nosotros, los votantes le creamos... y si, fuimos ciegos todos.
ResponderEliminarfue extraño lo de checoslovaquia ¿cómo tan perdidos?
ResponderEliminarexcelente blog de nueva novela,
¡¡¡felicitaciones!!
Lo que nos rodea, regulado por sus propios códigos internos, está sujeto al nivel evolutivo de la especie humana que no está siendo empática con su entorno planetario. Y si la empatía, como dice Carlos, "es uno de los rasgos protagónicos en el desarrollo de nuestro sistema nervioso central", ¿Cuales serían las causas de su debilitamiento? ¿Nos estamos debilitando también como especie? ¿Corresponde la necesidad de poder y como consecuencia, entre otras, el lucro abusivo y destructor, a una fuerza evolutiva dominante? ¿Cómo podemos revertir esa situación perniciosa y acrecentar ese especial modo de colaboración que permitió en la infancia de la humanidad desarrollar la complejidad de la mente, desde la animalidad primitiva ?. La biología nos muestra que un organismo vivo cualquiera, tiene mecanismos de auto regulación propios, increíblemente precisos, que le permiten funcionar en concordancia con otros sistemas y decae o se enferma cuando las coordenadas externas a que se expone lo desestabilizan . ¿Somos organismos en guerra con nosotros mismos? Pensemos ahora cómo podemos responder a estas interrogantes y contribuir a restablecer ese equilibrio debilitado o perdido.
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