sábado, 26 de marzo de 2011

La Economia del MegaConcierto Ultra Super Cool

¿Por qué las personas pagan grandes sumas de dinero por asistir a megaconciertos? Desde un punto de vista puramente económico (dejando de lado sociología, Adorno, Debord, Escuela de Francfort y situacionismo, etc.) puede resultar enigmática la predisposición a pasar largas horas de pie, expuesto a la mínima visibilidad que ofrece una entrada de cancha. O sumas que equivalen a uno o dos salarios mínimos por las ubicaciones de privilegio.

En cierta forma, el megaconcierto es un bien posicional, según el concepto acuñado por el economista Fred Hirsch en 1976. Confiere status estar allí, ya sea en la incomodidad de la cancha o en el golden circle de U2: Bono en primer plano del iPhone. O una figura mítica, entrevista a la distancia, entre los cuerpos y los brazos erguidos que luchan por capturarla en la cámara del celular.

A diferencia de otros bienes, la demanda por un bien posicional aumenta con el precio. Buenas noticias para el que lo ofrece. El dueño de la franquicia obtiene una renta económica de un valor presente infinito. Por esto la megaescenografía, la logística colosal, el gigantismo propio de las religiones monoteístas. Por eso la necesidad de algunas estrellas del firmamento pop-rock-suave-con-contenido de involucrarse en acciones caritativas.

Para que el bien posicional sea aun más posicional, los encargados de la gestión invitan a famosos locales para que disfruten de las entradas de privilegio. Se forma así una suerte de corte tal y como la de los Borbones franceses, a quienes el populacho podía ver comer y cenar en sus hermosos jardines.

Pero no hay que ser pesado solo con el arena rock… En cierta forma todos los productos culturales de éxito son bienes posicionales. El Best Seller se lee mientras mas paginas tiene; los lectores pagan más por la primera edición, la más cara, la de tapa dura. A medida en que se pierde la novedad y se pasa al bolsillo y la demanda cae. Según esta interpretación, los chilenos no leen poco porque los libros sean caros. Leen poco porque no le confieren estatus posicional al libro.

6 comentarios:

  1. Uf! Explicación demasiado simple.
    No sólo es posición, además de "status" también pagan (sólo a modo de ejemplo) por experiencia emocional, por relato "hacia afuera" (otros) cuando cuenta el concierto, pero también "hacia adentro" cuando lo recuerda a solas. En fin, la lista de porqué se paga es harto más larga y compleja de lo que usted expone, y no se resume sólo en "posición". Por ejemplo, olvida quizás la principal: vulgar entretenimiento.

    Y mejor ni seguimos con lo que dice del mercado editorial.

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  2. Anónimo, desde el principio digo que la explicación es solo económica, obviando sociología, psicología de masas, semiotica, etc. Si usted siente que gasta bien sus lucas yendo a un megaconcierto, por el cual se puede comprar dos libros, es parte de su libre albedrío...

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  3. Sí, eso de no conferirle estatus posicional al libro es el síntoma aterrador de un fin de época. Si el libro, o lo que representa el libro (los discursos sistemáticos, complejos etc) ya no tienen estatus posicional, entonces ¿qué lo tiene? La respuesta, algo incómoda, podría ser la del post anterior "el entretenimiento", es decir, algo así como "el flujo de sensaciones agradables", pero más bien vacías y escasas de contenido. Si los ciudadanos se pasan en esto y no compran libros, la ciudadanía crítica muere. Esto significa dar mayor espacio de discresionalidad a los "poderes de este mundo". El resultado es que nadie sabe para dónde va la micro: cfr. tema calentamiento global, crisis energética y políticos capturados por lobistas carbónicos, nucleares, hidoeléctricos o verdes-renovables. ¿Por qué? porque los políticos no saben para dónde va la micro y "externalizan" el esfuerzo de informarse en los lobistas que son mas entretenidos y lubrican las asperezas de la vida (que no son pocas). Ojo con artículo The Atlantic enviado recién por mail sería macanudo tener el juicio del economista marginal....

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  4. Cito a Debord: "Toda la vida en donde imperan las condiciones modernas de producción se anuncia como una acumulación de espectáculos. Todo lo que antes era vivido directamente, ahora es representación". Al margen de la jerigonza marxista del susodicho, algo de peso mantiene la aseveración. "La fiesta democrática" de las elecciones, "el encuentro con el rock", "la fiesta del futbol"... En deuda queda el comentario sobre el articulo del Atlantic...

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  5. "los chilenos no leen poco porque los libros sean caros. Leen poco porque no le confieren estatus posicional al libro" toda la razón.
    Buena crítica!

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  6. Sé que quedó claro que esta entrada sería sólo una explicación económica, sin embargo, y desde un punto de vista de una groupie clase media, no da nada de status estar pagando un concierto por un año en cómodas cuotas, a eso sumemos que cada 3 años los artistas que giran normalmente por L.A. regresan, es decir, si te gustan 3 o 4 artistas, significa que estarás endeudado todo el tiempo de post-gira, descanso, producción del disco y promoción para estar después otra vez comprando las entradas.

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