¿Existirá un universo paralelo donde el capitalismo no existe? ¿Otro donde el patriarcado nunca fue la forma dominante de sociedad? ¿Un tercero donde vivimos en una teocracia sin Estado? Y si nos remitimos más y más atrás: ¿un universo donde el planeta Tierra no formó una atmósfera capaz de bloquear los rayos ultravioleta y la vida simplemente nunca surgió?
El gran hallazgo ontológico del siglo XX es el principio de la indeterminación. Las partículas atómicas pueden estar en dos lugares al mismo tiempo. Se han fabricado armas atómicas en base a ello. Experimentamos, aquí y ahora, el tiempo como sucesivo, pero si viajáramos a la velocidad de la luz lo veríamos retroceder. Freud hizo algo parecido con la mente y los sueños. Durmiendo vivimos en un lado B donde violamos todos nuestros tabúes racionales.
¿Hubo realmente dos guerras mundiales, el capitalismo y la democracia liberal ganaron la Guerra Fría? La memoria dice que sí. Hay fotos, archivos, documentales, películas… Y sin embargo... En veinte años más se recordará que los árabes hicieron en el siglo XXI lo que los franceses hicieron en el XVIII. Y que latinoamericanos quisieron tener democracias de verdad y se tomaron las calles.
El determinismo histórico nos dice: lo que está pasando es la única posibilidad. Dice esta ideología que el sistema (en toda su complejidad) es un resultado racional. Pero Freud, Einstein y Planck le dirán que usted y yo somos solo posibilidades, y que nuestro cotidiano, dominado por empresas de retail, aseguradoras, oligopolios bancarios y productos transgénicos, es resultado del azar, un output que vivimos o padecemos (elija usted) porque algunos hicieron su trabajo y otros no.
Una de los que lo está haciendo es Annie Leonard, estadounidense, magíster en planificación urbana de Cornell y creadora de la película de animación The Story of Stuff. Leonard es una ambientalista especial y su foco está en el ciclo de los productos que consumimos sin la menor conciencia de donde vienen ni donde van a parar. The Story of Stuff es un éxito viral en internet y un ataque en clave Plaza Sésamo al capitalismo globalizado. Ha analizado también, desde la misma perspectiva, la industria electrónica, los cosméticos, el agua embotellada y el comercio de bonos de carbono.
“Con los años, me obsesioné un poco con todas mis cosas”, dice Leonard. “¿Alguna vez te preguntaste de dónde vienen todas las cosas que compramos y adónde van a parar cuando las tiramos? Yo no podía dejar de preguntármelo. Así que investigué. Lo que dicen los libros de texto es que las cosas simplemente se mueven a través de un sistema: desde la extracción, a la producción, a la distribución, al consumo y a la disposición o desechos. A esta suma de etapas se le llama la ‘economía de los materiales’. Yo indagué un poco más. De hecho, pasé diez años viajando por el mundo para rastrear de dónde provienen nuestras cosas y adónde van. ¿Y sabes lo que descubrí? Que ésta no es toda la historia. Que hay muchos huecos en esta explicación. A primera vista, este sistema parece funcionar bien. Sin ningún problema. Pero la verdad es que es un sistema en crisis. Y la razón por la que está en crisis es que se trata de un sistema lineal y nosotros vivimos en un planeta finito”.
Leonard analiza las externalidades de cada una de las etapas del proceso: el agotamiento de los recursos no renovables, los materiales químicos altamente tóxicos en la fabricación, la enajenación del consumo y la acumulación de materiales no degradables al final de la cadena. Es contundente y didáctica, aunque comete el pecado de no citar sus fuentes.
De esta falencia se cuelga su principal detractor (“su perseguidor”, podríamos decir en términos cortazarianos), un tal Lee Doren, abogado y “coordinador comunicacional” de Competitive Enterprise Institute, un think tank conservador y libertario (como se le llama en EE.UU a los libremercadistas extremos) fundado por Exxon, Ford y Pfeizer, entre otros.
Es interesante contrastar ambas posturas: son, literalmente, universos paralelos acunados en la misma matriz cultural. Si tuviera que hacer sus respectivas genealogías, diría que Leonard es hija de Thoreau, Whitman, William Carlos Williams, Joan Baez y Bob Dylan. En cuanto a Lee Doren… Milton Freidman, Ayn Rand (el quivalente al Guardián en el Centeno de derecha) y… ¿La Biblia James? Juzgue usted mismo.
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